En el tiempo en que miré directamente a la luz, el fuego que antaño se había encendido en mi corazón se expandió por todo mi ser despertando sensaciones hasta ese momento inimaginables, en las que el amor y el placer fueron los ingredientes principales de una experiencia divina. En ese momento nació una sensación especial, a la que la voz que me guiaba denominó el Sentir de los Sentires. Entonces el amor se re-interpretó en mi interior, llevándome a experimentar éxtasis gloriosos, que luego se reflejaron en las hermosas palabras que mi alma destiló para él.
¿Y quién es él? Aquel que siempre me amó y a quien siempre amé, mi amor eterno, el que no se puede contener en un sólo cuerpo y sin embargo, toda su plenitud puede mostrarse a través de un ser. Él, aquel que siempre buscó mi alma enamorada, aquel que no tiene principio ni fin, aquel que simplemente ES.

“Memorias de un amor eterno” cuenta una historia romántica, una historia de unión en amor con nuestro ser celestial, con la divinidad, una historia que empieza antes de la creación del universo y que no tiene final, ya que es eterna. Habla de ese amor que no se acaba, que no se clasifica, que no se enfoca en un solo ser, sino que abarca todo lo existente, ese amor que es puro poder, que puede cubrirlo todo con su esencia, ese amor que es solamente UNO, pero que nosotros hemos decidido dividir en miles de trozos y de formas.

El libro tiene como subtítulo “el Sentir de los Sentires” ya que los versos recuerdan mucho a ese famoso libro escrito por el Rey Salomón que es el Cantar de los Cantares, un poema romántico que expresa este mismo tipo de unión, mediante la simbología de los amores del Rey.
Es un libro místico, espiritual y también muy pasional, pues evoca muchos momentos de intensas emociones que se manifiestan también en el cuerpo físico. Sus prologuistas lo comparan con algunos escritos de Teresa de Ávila y del poeta del sufismo RUMI, que han sido iconos mundiales de este tipo de poesía.

El lenguaje es muy sencillo y comprensible, con palabras de uso habitual y lleva un hilo conductor en todo momento. Lo que pretendo con este lenguaje es que el mensaje llegue a la mayor cantidad de personas posible, y que, a través de mi experiencia, todos puedan adentrarse en este sentir tan humano, que es el deseo de conocer el amor verdadero.

La portada representa esa sensación de libertad plena, de ascenso hacia lo espiritual, muestra la luz que ilumina y que desprende un rostro lleno de amor y de paz, la belleza del jardín que se forma en el corazón con este proceso de auto - conocimiento. Sus tonos violetas expresan la transmutación de nuestras emociones, la forma en que podemos transformar nuestra oscuridad en luz, nuestra tristeza en gozo, nuestro egoísmo en amor infinito, sabiendo que toda esa información y esa capacidad están contenidas en la memoria antigua de nuestra alma, y al alcance de todo aquel que decida buscarlas.

En síntesis, “Memorias de un Amor Eterno” es el recuerdo del amor divino, el deseo de que los seres humanos podamos comprender su lenguaje y la esperanza del regreso a los brazos de ese mismo amor.